Cartas a mi hija

Un libro de Francis Scott Fitzgerald. Sobre la escritura, el genio declara que consiste en un oficio solitario y de disciplina, “nadie se ha hecho escritor por el simple deseo de serlo”. La posibilidad de la escritura reside en la urgencia de poder contar algo...

RESEÑAS

Andrea Almeida Guerrero

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Cartas a mi hija es un compendio epistolar de Francis Scott Fitzgerald para su hija Scottie, cartas escritas entre 1933 y 1940 en las que se perfila la complejidad de una relación de proximidad y distancia entre padre e hija, contadas con la voz interior del escritor en su oficio cotidiano. Su registro es auténtico, original y directo, Fitzgerald le habla a su hija con el afecto característico de un padre para abordar temas como la escritura, la ética del trabajo y una invitación para afrontar la vida con entereza.

Sobre la escritura, el genio declara que consiste en un oficio solitario y de disciplina, “nadie se ha hecho escritor por el simple deseo de serlo”. La posibilidad de la escritura reside en la urgencia de poder contar algo, que a medida que avanza encuentra su propio modo de conformarse, su estilo. La escritura es un ejercicio análogo a la existencia: en ambos el entusiasmo, la pasión y el esfuerzo genuino son la única fórmula para alcanzar “algo”. Fitzgerald señala: “nunca he recriminado a nadie sus fracasos –en la vida abundan las situaciones complicadas–, pero soy totalmente despiadado con la falta de esfuerzo.”

En medio de circunstancias adversas, como la enfermedad de su esposa y madre de Scottie: Zelda; así como en sus altos y bajos económicos y profesionales en Hollywood, el escritor muestra a través de sus cartas una sabiduría que conmueve, debido a su capacidad para sobrellevar la tragedia con dignidad, ingenio e incluso alegría.

Esta es una lectura obligatoria para quienes desean encontrar un camino en las letras, porque cada página revela secretos literarios, recomendaciones sobre lecturas y claves para la escritura. También es indispensable para aquellos que buscamos consuelo y formas legítimas de establecernos en la vida a pesar de sus reveses. Este es un maravilloso y breve tratado ético dedicado para todos los que deseen, como Fitzgerald, “hacer de la vida una posibilidad seductora”.

Referencia

Cartas a mi hija

Francis Scott Fitzgerald

Editorial Alpha Decay, Barcelona, 2013.


Andrea Almeida Guerrero. Socióloga, le encanta leer a Natalia Ginzburg y escuchar The Strokes, es docente universitaria.